Baby shower en «Casa de los Amigos», 30 de marzo, 2014.
El día de hoy convivimos con nuestros queridos compañeros de diversas organizaciones en el baby shower de Areli, una joven salvadoreña que está a punto de dar a luz su bebé. Gracias al trabajo del Colectivo Migrantes LGBT (organizador del evento), y del apoyo de otras organizaciones hermanas como el albergue Casa Tochán, el Kilómetro del Migrante, el Colectivo de Apoyo para Personas Migrantes (COAMI), Cultura Migrante y Soy Migrante, pudo organizarse ésta pequeña reunión en la Casa de los Amigos, que consistió en llevar regalos a la pequeña bebé y buenos deseos a los padres.
«Nos fortalece el hecho de poder realizar actividades inclusivas e identificar problemas específicos que en red podamos resolver (entre varios colectivos). También es importante devolver la esperanza a las personas y hacerles sentir que no están solas.Fue una sorpresa increíble para los padres el ver que había tantas voluntades reunidas para su beneficio, algo que ellos no esperaban. Por supuesto el Colectivo va a seguir realizando actividades de recaudación para otras personas. Estamos muy contentos de que pudimos hacer a una familia feliz.» (Julio Campos, Colectivo Migrantes LGBT)
«La llegada de un bebé siempre significa una bendición. Cuando ese bebé prepara su arribo en un mundo adverso, sin duda alguna necesita de ángeles. El día de hoy varios ángeles se dieron cita para llevar alegría a una mujer que espera ansiosa la fecha para conocer a su bebé, y su linda sonrisa nos dice que ese bebé tiene un ángel al que le va a llamar MAMÁ.» (Lore Anguiano, coordinadora de El KM del Migrante).
¡Muchas gracias a todos nuestros compañeros por su apoyo y solidaridad!
Les Migrants Quartet
10 cantautores por los migrantes
“10 CANTAUTORES POR LOS MIGRANTES”
El Colectivo Kilómetro del Migrante conformado por académicos y miembros de la sociedad civil, en colaboración con otras organizaciones, se ha dedicado desde su conformación a brindar ayuda humanitaria y a defender los derechos humanos de los migrantes centroamericanos que cruzan México para llegar a Estados Unidos y a Canadá. El dar alimento, vestido, atención médica, asesoría sobre la defensa de sus derechos humanos y la organización de acopios es parte de las actividades cotidianas que realiza el equipo de voluntarios que se dedica a esta labor solidaria. Como proyecto de sensibilización, difusión y captación de recursos, el colectivo organiza el evento “10 cantautores por los migrantes” este 3 de noviembre en el Teatro Ángela Peralta en Polanco, a partir de las 14 hrs, con el cual a través de la suma de esfuerzos con los cantautores se pretende brindar un apoyo en especie a los siguientes proyectos para la defensa de los migrantes:
1. La Sagrada Familia, Apizaco Tlaxcala.
2. Albergue Proyecto de Magdala, Apaxco Hidalgo.
3. Comedor El Samaritano, Bojay Hidalgo .
4. La casa de todos los colores, Centro de Apoyo a Migrantes.
5. Albergue de Lechería, Tultitlán.
6. Brigada Amigra.
Esperamos que esta acción contribuya a que en la sociedad mexicana pueda gradualmente asimilarse la idea de que ni el migrar ni el defender al que migra son actos que se realicen fuera del marco de la ley y que antes bien son derechos que debemos defender.
COLECTIVO KILÓMETRO DEL MIGRANTE
«Llevadera es la labor, cuando la fatiga es compartida»
No te doy mi nombre porque tengo miedo.
Este artículo pue publicado por uno de los miembros del equipo narrando los acontecimientos ocurridos el 17 de junio.
Relatos desde las vías de un tren
ALMAS CAMINANTES
Por Lorena Anguiano
Todos llegamos puntuales, las manecillas del reloj marcaban las 09:00 hrs del 08 de septiembre . Era una mañana fría, de esas en que no quieres levantarte; pero el pitido a los lejos del tren te recuerda que ya no puedes permanecer indiferente. En mi camino al lugar de la cita comienzo a verlos, cargando mochilas algunas vacías, algunas llenas de historias de miseria o de violencia que los obliga a dejar sus raíces y a sus familias. Son almas caminantes que buscan tan solo mejores oportunidades de vida, almas que caminan encorvadas y arrastrando los pies por tanta carga que traen consigo. No puedo negar que me llena de impotencia la indiferencia de mi pueblo, no puedo negar que me llena de vergüenza la complicidad de mi gobierno. Pero tampoco puedo negar que existe solidaridad de muchos, y que brindar una ayuda durante el trayecto, nos hace a todos los que participamos, rebeldes ante un sistema que está podrido .
UNO DE ESOS DÍAS
Por Anna Rabea Weis
Hay días en los cuales no te dan ganas de salir de tu casa, quieres quedarte en tu cama, tomarte tu café y leer un buen libro o ver tu programa favorito de televisión. Cuando me levanté el día de la brigada, estaba segura este día era justamente uno de esos días, un domingo nublado y frío en septiembre con mucha probabilidad de fuertes lluvias en la tarde. Pero aún así, me levanté, puse agua y algunas frutas en mi mochila, llevé mi chamarra y me fui hasta Tultitlán donde nos habíamos quedado a ver a las 9am.
Llegando, me di cuenta que éramos muchos que habíamos tomado la misma decisión este día. Ahí estábamos – un equipo muy diverso: la documentalista, el fotógrafo, el sacerdote, los extranjeros y obviamente, como dicen en mi país, «los conejos viejos», o sea la gente con experiencia. Durante el transcurso de cinco horas fuimos a dos lugares diferentes en Tultitlán y Lechería a darles ropa, medicamentos y de comer a los migrantes. En pocas palabras, intentamos hacer lo que antes hacíamos en el Comedor San José en Huehuetoca, hasta que por presiones y amenazas nos vimos obligados a cerrarlo.
Este día tuvimos mucha suerte porque encontramos a aproximadamente a cuarenta migrantes, en su mayoría hondureños, que estában bajo de un puente en Tultitlán o por las vías del tren en Lechería. Casi todos estában enfermos de la gripe por el clima y traían su ropa mojada por las lluvias, la cual intentaban secar con una fogata que también les calentaba un poco. Aunque el padre había venido con la idea de orar con ellos antes de comer, rápidamente tuvo que cambiar de plan y orar mientras estaban comiendo y buscando nuevos zapatos o un suéter abrigador. Pero aún así sentí que le estaban prestando mucha atención y que el esfuerzo del padre era algo que a ellos les ayudaba para poder enfrentar los que restaba de su largo trayecto por México. En estos momentos de desearles “buen provecho” y recibir un “gracias”, sentí que realmente era imprescindible nuestro trabajo, dentro o fuera de un comedor, de un lugar fijo. Y aunque la mayoría de nuestro grupo decía que la atención que se podía dar en el comedor era mucho más integral y al final de cuentas mejor, yo, reflexionando sobre lo que hicimos en estas horas, no estoy tan segura: Creo que fue un muy buen comienzo y que la idea de ir donde están los migrantes en vez de que tengan que buscarnos a nosotros me gusta. Siento que así podremos trabajar más eficientemente aunque es lógico que todavía nos falte un poco de rutina y organización. Además de que nunca se puede saber realmente cuántos encontraremos y consecuentemente cuánta comida deberíamos de llevar y cuántas personas realmente necesitamos para realizar el trabajo. Esos son problemas que tenemos que enfrentar en esta nueva manera de llevar a cabo la ayuda a nuestros hermanos migrantes, pero que son pequeñas y no impiden que estemos ahí en uno de esos días que nos hubiera gustado quedarnos dentro de nuestra propia zona de confort.
BRIGADAS
Por Ana Salgado
El primer pensamiento que tengo respecto a las brigadas se podría traducir como un golpe de realidad que supera todos los documentales, fotografías y palabras que vi y leí en libros y artículos de periódicos respecto al tema migratorio centroamericano. Las brigadas en las vías dejan de lado las cifras para enfrentar la realidad cara a cara, es ahí que puedo imaginar lo que han vivido los migrantes en su paso por México solamente a través de sus palabras y aún así me quedo corta.
Estar junto a las vías mientras pasa «la Bestia» me altera, es su sonido, su imponencia e incluso su mote lo que me abre los ojos a cosas que no se pueden conocer en libros, las teorías migratorias desaparecen con el sonido de los vagones, las historias personales adquieren todo el protagonismo.
Es imposible ignorar el flujo constante de personas que buscan una mejor calidad de vida y a la vez es difícil pensarlo como un fenómeno que ha existido por años pero es aún más complejo saber que quienes están en ese camino lo han intentado muchas veces y su ánimo por conseguirlo sigue como la primera vez que salieron de sus casas dispuestos a enfrentar física y emocionalmente todos los peligros que están latentes en los meses que tardan en recorren nuestro país, pero lo que más me resulta incomprensible es la falta de conciencia humana que existe en las personas del crimen organizado que los asalta y asesina, también en los políticos que no han hecho nada por buscar respetar sus derechos humanos y en la sociedad que los odia por ser extranjeros que han salido de sus países orillados por la difícil situación económica por la que atraviesan.
Como seres humanos todos debemos darnos cuenta que esta problemática nos pertenece por el simple hecho de que todos buscamos lo mismo en la vida y que somos parte de un mismo mundo. Todos podemos actuar al respecto, cada quien desde su trinchera.